
Sensores capacitivos
A diferencia de los sensores inductivos, los sensores capacitivos pueden detectar tanto materiales metálicos como no metálicos, incluyendo plásticos, vidrio, papel, líquidos o materiales a granel. Funcionan mediante la medición de cambios en la capacitancia eléctrica que se produce cuando un objeto entra en su campo de detección.
Gracias a esta tecnología, son especialmente útiles en aplicaciones donde se requiere detectar presencia, posicionamiento o niveles, incluso a través de superficies no metálicas como vidrio o plástico.
Los sensores capacitivos desempeñan un papel fundamental en procesos industriales que requieren una detección precisa y sin contacto. Permiten configurar la sensibilidad según el material o medio a detectar, ofreciendo una solución fiable para entornos donde el contacto físico no es viable o puede alterar el proceso.

Gracias a su capacidad de detección sin contacto y su compatibilidad con diversos materiales, los sensores capacitivos tienen presencia en sectores muy variados. En la industria alimentaria y farmacéutica, se emplean para el control de nivel en silos, tolvas y depósitos, garantizando la higiene del proceso. En líneas de empaque y embalaje, permiten verificar la presencia de productos dentro de envases plásticos o de cartón sin necesidad de abrirlos.
También son habituales en sistemas de automatización, donde supervisan el paso de materiales no metálicos sobre cintas transportadoras. Además, se utilizan para el control de nivel de líquidos, granulados o productos viscosos, incluso cuando estos están contenidos en estructuras de vidrio o plástico, lo que los hace ideales en procesos donde no es posible realizar aperturas o contacto directo.

Los sensores capacitivos destacan por su capacidad de detectar una gran variedad de materiales, tanto metálicos como no metálicos, sin necesidad de contacto directo. Ofrecen una alta sensibilidad, ajustable para adaptarse a las características del material y del recipiente, lo que mejora su precisión.
Su instalación es sencilla, ya que pueden montarse detrás de superficies plásticas o de vidrio sin perforarlas, lo que reduce tiempos de implementación y mejora la limpieza del sistema. Al no haber contacto físico, presentan una larga vida útil y una operación libre de desgaste. Son especialmente útiles en situaciones donde los sensores ópticos no ofrecen resultados fiables debido a condiciones ambientales complejas o a la naturaleza del producto.