Cuando nos enfrentamos a un proyecto de visión artificial, uno de los mayores “enemigos” es la existencia de brillos en el objeto a analizar. Un brillo, se define, como un exceso de iluminación puntual que colapsa los sensores fotoreceptores de la cámara, perdiendo todo el contraste y por lo tanto la información útil.
Este tipo de problema es común cuando utilizamos iluminación de tipo puntual o directa en materiales reflectantes tales como superficies mojadas o materiales metálicos donde la reflexión de la luz es muy elevada y la mayoría de los fotones inciden al objeto un único ángulo dominante.
¿Como se soluciona este problema? Pues hay varios métodos dependiendo de la morfología del objeto y de las características técnicas del proyecto, espacio disponible, tiempo de ciclo máximo, necesidad de ver colores etc…
Cambiar el ángulo relativo entre cámara e iluminación:
La primera de las opciones es cambiar el ángulo relativo entre la cámara y la iluminación, de esta manera, los haces de luz incidentes en el objeto no rebotan a la cámara directamente. Sin embargo, la homogeneidad de la luz sigue siendo pobre y no se consigue la eliminación total de los brillos en superficies muy reflectantes o cilíndricas.
Utilización de filtros polarizadores:
Siempre que un haz de luz incide en un material, especialmente si es de tipo metálico con alto grado de reflexión, los haces de luz son devueltos en el mismo ángulo de incidencia, pero en dirección contraria lo que provoca un efecto espejo y brillos no deseados asociados. Para poder eliminarlos, se utilizan filtros polarizadores que son barreras que eliminan este exceso de cantidad de luz, que por el contrario, reducen en gran medida la cantidad de luz que recibe el sensor, incrementando el tiempo de ciclo, adicionalmente si la aplicación gasta colores puede provocar que no se vean igual que en la realidad.
Utilización de iluminación totalmente difusa:
En este tipo de iluminación, los haces de luz generados rebotan en las paredes de la propia luminaria, provocando que la luz incida desde todas las direcciones al objeto por igual, homogeneizando la luz en la imagen y reduciendo los brillos asociados, es también llamada iluminación de día nublado. Para conseguirla, la luz es generada de abajo hacia arriba, siempre enfocada en las paredes del domo y no al objeto directamente, los haces de luz rebotan en la pared inciden en el objeto desde múltiples direcciones en vez de una única dirección dominante.
Con este tipo de luminarias el tiempo de ciclo no se ve afectado en gravemente y se respeta los colores de la pieza objetivo.
Comparativa de pegatina reflectante con iluminación frontal vs DOMO
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